El Tribunal de Cuentas tiene dos sedes:
El edificio sede principal del Tribunal de Cuentas es un palacio que data de la segunda mitad del siglo XIX, obra de D. Francisco Jareño y Alarcón.
El edificio fue levantado sobre un solar ocupado con anterioridad por la Casa Palacio del Conde de Aranda, que fue comprada posteriormente por Fernando VII y reconvertida en el Cuartel de Guardias Reales y más tarde en Quinta del Conde de Vocinquerra de Arcos.
Aunque es un edificio que refleja sin ninguna duda la arquitectura de su momento, es una de las obras menos clásicas de Jareño; basta compararla con sus dos grandes obras, el proyecto inicial de la Biblioteca Nacional o la hoy desaparecida Casa de la Moneda que ocupó la Plaza de Colón.
Fue construido entre 1860 y 1863, con un estilo muy alejado del clasicismo convencional de la época, optando por un edificio de volúmenes limpios y una presencia compacta del muro con elementos decorativos de gran sobriedad.
Su planta abarca toda la manzana y está estructurada en torno a un patio central que repite la forma trapezoidal de la manzana. Sus alzados tienen una composición muy uniforme en sus cuatro lados, solo alterada en sus fachadas Este y Oeste, coincidiendo con los cuerpos centrales y con las dos grandes entradas de carruajes.
Consta de planta baja más cuatro plantas. Una planta baja elevada sobre una semisótano, una principal y dos plantas más (una de ellas un bajo cubierta) hasta la cornisa que remataba en origen el edificio. La última planta del edificio actual es un añadido del siglo XX.
Desde el punto de vista urbanístico, el inmueble goza de una protección singular y forma parte del conjunto histórico de la Villa de Madrid.